En este artículo hablaremos sobre cómo decorar con el amarillo.
El amarillo en la decoración interior es un color primario. Al igual que el color rojo, es cálido y activo, pero más luminoso y alegre. La gama de amarillos es muy rica, pero en la arquitectura y diseño interior prevalecen los amarillos más cálidos, aquellos con un toque de rojo o negro.
El amarillo es un color que se adapta a cualquier ambiente de la casa dando una sensación de alegría y calidez. La tonalidad más cálida es la que se acerca al naranja, pero no hay que olvidar todos los tonos naturales que se obtienen con mezclas diversas, como el ocre, crema o la gama de beige. Todos estos colores armonizan bien con materiales naturales como la madera, la piedra y el ladrillo.
El color amarillo es un color cálido, como el rojo y el naranja. Nos remonta al resplandor que despierta y da calor. Generando una sensación de expansión y movimiento. El amarillo corresponde a un estado de libertad y auto-desarrollo. El Amarillo, de hecho, es el color de la iluminación y la redención. Símbolo del sol, el oro y la sabiduría, del idealismo y la acción.
En el Oriente, el amarillo es el color del sol, la fertilidad y la realeza. Es un color que en muchas religiones se asocia con: el oro, la luz y la palabra.
El amarillo, en sus tonalidades claras, se acentúa con una luz cálida y solar, mientras que las tonalidades más fuertes sólo se deben utilizar en pequeñas áreas de una pared o en accesorios decorativos, como jarrones, lámparas y cojines.
Generalmente, los tonos ácidos tienen muy buena acogida en la decoración de casas de países del hemisferio sur como los de Sudamérica o África, donde la luz natural es clara y cálida, mientras que en los países nórdicos se deberían preferir tonos cálidos y dorados que aumentan la iluminación en las zonas donde la luz natural es escasa.
El color amarillo, vibrante y fresco, se utiliza sobre todo en las cocinas, lugar del buen humor y la convivencia, además también parece estimular la mente por lo que es ideal en las salas de estudio y oficinas.
El amarillo debería evitarse en habitaciones destinadas para el descanso como salas de estar, dormitorios y cuartos de baño, ya que no favorece al reposo, a menos que se opte por tonos muy claros como el marfil u ocre.
Si no se siente preparado para usar en la decoración tonos atrevidos, como el amarillo limón, pruebe los tonos arena que son más fácil de combinar y relajantes: se adaptan bien a los tonos tierra, dando calidez natural a las paredes. También tenga en cuenta que el color amarillo intenso no es muy indicado junto a la madera, pero el ocre y arena producen un efecto muy hermoso.
El amarillo en la decoración combina muy bien con el verde, naranja, gris y negro, creando contrastes muy interesantes.
Por último, tenga presente que el color amarillo es impredecible, ya que su intensidad aumenta cuando se aplica en la pared, por lo que en un entorno muy iluminado puede ser excesivo.
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