Cómo decorar una sala en estilo barroco

El estilo barroco en el ámbito artístico es fácilmente reconocible, porque se distingue por el carácter pomposo, los estucos, la profusión de oro. Muy difundido entre el siglo XVII y principios del XVIII, a menudo se ve en las suntuosas casas de aquella época. Si le gusta este tipo de decoración, suntuosa e imponente, y le gustaría amueblar su sala de estar siguiendo esta línea, lea esta guía y encontrará algunos consejos e ideas sobre cómo decorar una sala en estilo barroco.

Paredes: Los revestimientos de las paredes tendrán que ser fastuosos, pero sobrios. El estilo barroco, de hecho, no es sinónimo de llamativo y exagerado, sino de estilo y extravagancia. Las paredes serán, por lo tanto, decoradas con falso estuco e inserciones doradas. Van bien incluso paredes blancas,  siempre y cuando tengan decoraciones y marcos de pan de oro en todo el perímetro del techo.

Muebles: Elija los muebles que dan la idea de magnificencia y lujo (al menos aparente!). La línea curva y suave prevalece en todos los muebles: desde la mesa, la vitrina, el sofá al espejo. El mobiliario será de madera, antigüedades de buen gusto, pomposos y con inserciones de oro. El sofá debe ser elaborado  con tela acolchada con motivos de flores de oro, delante una mesa de café con base de cristal o en ónix y pies de pata. No debe faltar un majestuoso espejo con marco de oro y cristalería para poner en exhibición un elegante servicio de platos con filos de oro y copas de cristal.

Cortinas y telas: de preferencia se deben emplear telas pesadas como el terciopelo y brocado que no echan a perder el ambiente y que siguen la línea de esplendor al igual que las de las épocas monárquicas. Sin embargo, si el ambiente no es muy grande y no quiere hacerlo más pesado o sobre cargarlo, puede usar estas telas sólo para las cenefas de las cortinas. Los tonos son intensos y fuertes como el borgoña, rojo pompeyano, verde o bronce oscuro.

Piezas y accesorios decorativos: Una hermosa alfombra roja a los pies del sofá le dará a su salón cierta elegancia. Si hay suficiente espacio, no se olvide de colocar una estatua grande, así como un bello cuadro pintado a mano con temas del siglo XVII y enmarcado con marcos tallados y dorados. Para la iluminación, lo ideal es sin duda un candelabro de oro con cascadas de cristales colgantes en forma de lágrima.