Sillas para la casa

Las sillas forman parte de nuestro hogar y se deben elegir con mucho cuidado. Las sillas para la casa son muebles de uso diario que tienen un impacto significativo no sólo en la decoración de interiores sino también en nuestro bienestar y comodidad.

El primer paso para elegir una silla es identificar el tipo de uso que se le dará. Si serán sillas para  uso prolongado es decir durante muchas horas al día debemos mirar primero la funcionalidad y sólo después el diseño. En el caso de asientos de uso ocasional y por períodos cortos la elección de la silla puede ser más audaz en términos de acabado, líneas e incluso dejando de lado la facilidad de uso.

Cada habitación, sin embargo, necesita de un buen número de sillas, aunque sólo sea para dar cabida a eventuales invitados.

A pesar de los diferentes estilos decorativos y muebles, el  uso que se le da a las sillas y su ubicación dentro de los ambientes, en la mayoría de los casos, es el mismo en cada casa: están las sillas de la cocina, las del comedor y los de la oficina o estudio.

Altura de las Sillas

Parece obvio, pero no siempre es así, que la altura de las sillas debe estar estrechamente ligada a la altura de la mesa de las que van a formar parte.
De hecho, la postura correcta está influenciada por la  altura de la silla y mesa.
Como regla general, excepto en los casos de personas realmente muy altas o bajas, la altura estándar de las sillas debe ser entre 44 y 46 cm desde el piso. Esta altura permite en la mayoría de los casos apoyar completamente los pies en el suelo.

Si una silla no permite tener apoyados los pies completamente o del lado opuesto nos obligará a mantener las rodillas demasiado elevadas con respecto al punto de apoyo, entonces se deberá elegir otro  diseño de silla.

Por último, siempre trate de probar las sillas junto con la mesa, porque en el caso de sillas demasiado altas o bajas sentarse en la mesa resultará muy incómodo.

Sillas tapizadas

La comodidad de una silla es un elemento esencial. A menudo, se cae en el error y creencia generalizada que una silla tapizada es igual de cómoda que un sillón. Sin embargo, hay sillas tapizadas muy duras y  por el contrario sillas normales muy cómodas.
La mayoría de diseño de sillas no tapizadas se deforman menos en el tiempo y en ellas es poco probable que se puedan asumir posturas incorrectas al sentarse.

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